domingo, 24 de junio de 2007


Donde está la piel de aquellos que miran sus manos, las mismas que acarician otras pieles que aman, y que abren los brazos cuando nadie los ama, como una Cruz de ramas, esperando que su ángel de alas blancas y tez hermosa venga a mostrarles el mundo donde no existe el Olvido, ni tampoco, el Dolor por Desamor.
Y, ¿sabes?, pasé por ese camino, te vi con los brazos abiertos, y decidí en un instante ser tu ángel sin alas blancas...

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